Televisión era la de antes.
Después de la explosión Netflix y la televisión on demand, la crisis de los formatos, de cómo acceder a ciertos consumos culturales, está cambiando a una velocidad poco predecible que hace que todos los involucrados en el negocio deban replantearse permanentemente estrategias para poder seguir estando en el medio.
Por Horacio Marmurek*
(para La Tecl@ Eñe)
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En estos días se habla de una época dorada de la televisión en el mundo, se habla de un boom de series, de una nueva forma de entender el entretenimiento y demás. Pero antes que cambiar la televisión lo que está cambiando es la forma de consumir productos audiovisuales.
El sistema Netflix es por momentos a la televisión lo que esta fue al cine. El sistema que pone en crisis la forma de consumir algo.
No es la primera vez que esto pasa, la música grabada iba a poner en crisis a la música en vivo, la radio iba a matar a la música grabada, el cine a la radio, la televisión a la radio y así en cada momento donde se inventa algo que se vuelve masivo.
Internet está teniendo el privilegio de ser una suerte de asesino de masas, ya que ha sido acusada de matar a la música, la radio, la música en vivo, los diarios, el cine y, ahora también, la televisión.
La crisis de los formatos, de cómo acceder a ciertos consumos culturales está cambiando a una velocidad poco predecible que hace que todos los involucrados en el negocio deban replantearse permanentemente estrategias para poder seguir estando en el medio.
Después de la explosión Netflix, la televisión on demand se ha transformado en una prioridad para todos aquellos que ofrecen canales, ya sea de cable o aire. La idea poder de un espectador que ve lo que quiere y cuando quiere ha roto el paradigma de un emisor que decide y un receptor que acepta más o menos pasivamente lo que sucede en la pantalla.
Aquellas notas que hablaban de los cambios de horarios en la grilla, de una novela que no empezaba a la hora que debía porque era un comodín para manejar rating parecen una antigüedad.
El esquema on demand se ha transformado, entonces, en una batalla absolutamente distinta. Primero Netflix rompió la idea del acceso a las películas y a las series. Es cierto que la cuestión de derechos de exhibición hace que muchos usuarios hablen de una suerte de “videoclub de clásicos” pero el diferencial de series exclusivas, programas de la BBC y un costo fijo, más o menos, desde su lanzamiento han sido una gran ventaja por sobre otros esquemas.
El cable con “64 canales y nada para ver” se empieza a despertar de un lugar de comodidad al cual estaba acostumbrado.
La Argentina tiene una penetración muy grande del cable que no es equivalente con otros lugares del mundo donde se considera un elemento no necesario y donde los canales Premium son directamente un lujo, no digamos ya el desfasaje que se hizo con el HD como un bien suntuario cuando es la norma por venir.
Pero extrañamente el HD ha quedado como una rareza frente a la nueva versión de los hechos.
El consumo online de la televisión, los televisores con internet y el wi fi permiten el acceso de una forma novedosa a lo mismo que teníamos antes.
En los últimos meses muchos canales de cable, TNT, Space, I sat, HBO, Fox ha desembarcado en las tabletas, los celulares y demás con sus aplicaciones para que el usuario puede ver sus programas sin la necesidad de estar frente al televisor.
Claro que para acceder a esto todavía el usuario debe ser televidente y agregar su número de cliente del sistema de cable al cual esta suscripto.
El caso Netflix es bien distinto, con solo tener una tarjeta de crédito e internet ya se puede disfrutar del servicio. Y a veces es más difícil hacerlo en una tv que de cualquier otra manera para que se entienda la modernidad.
Y si hasta acá la cosa venia complejizándose un par de anuncios mas hacen ver que algunos cambios más profundos están a la vuelta de la esquina.
La cadena HBO ha sido durante años el sumun de los canales Premium por cable, cuando se dice cable se habla de tener un paquete básico y pagar un plus para poder acceder a su programación.
Es decir que uno le paga a una empresa de cable que después le girara a HBO el dinero que le corresponde por abonado. Como hacen todos los otros canales.
Pues bien hace algunas semanas, HBO anuncio en EEUU que se puede suscribir a su servicio sin necesidad de pasar por el cable. Es decir que se puede ver online toda su programación pero no es necesario tener un servicio de cable. Dicho servicio se llama HBO Now y rompe con todos los esquemas establecidos hasta ahora.
La alarma que enciende esto sobre los dueños de las empresas de cable no ha sonado pero si se ha puesto en alerta.
¿Qué pasa si el televidente no está más obligado a pagar un paquete de 70/80 (el numero que sea) canales y puede solo pagar por los que le gustan? ¿Cómo me cobran un abono si no necesito todo ese paquete?
Queda claro que el negocio que viene importando es el de la internet, el que lleva la señal a la casa del usuario que empieza a decidir que quiere ver, como lo quiere ver y cuando lo quiere ver. Todo un abanico de preguntas se plantea. Y un montón de preguntas más que nadie se hace.
Porque todo esto que se ha expuesto más arriba presupone un problema grande pero en realidad es un problema menor. Porque todos estos problemas tienen que ver con gente que accede a internet, cable, etc., etc. y una parte más grande de la población no tiene el acceso completo a todo esto de lo cual se discute.
Los problemas de acceso son la gran pregunta que espera ser contestada. Las igualdades de oportunidades son parecidas a las de acceso y deslumbrados por la parafernalia de lo que hay, en muchos casos, nos perdemos en una charla de pocos.
Interesante y sustancial hasta que descubrimos que es un universo reducido que apunta a reducirse más.
Este jueves 12 de marzo, en la Estación Terrena Benavidez, la Presidenta del INCAA, Lucrecia Cardoso, junto a Matías Bianchi, Presidente de ARSAT, formalizaron la puesta en marcha de la Base de Contenidos del INCAA y firmaron el convenio para la creación del primer servicio de Video a Demanda de contenidos nacionales.
El cine nacional atraviesa hoy un gran momento. Durante el 2014, el INCAA fomentó la realización de más de 140 películas nacionales, entre ficciones y documentales, que tuvieron un gran reconocimiento del público, con un récord de más de 8 millones de entradas vendidas para ver películas argentinas.
Gracias al fruto de la alianza integral que vienen desarrollando el INCAA y ARSAT, se puso en funcionamiento la Base de Contenidos INCAA en el Centro Nacional de Datos de ARSAT, donde se irán integrando tanto las películas futuras como el acervo histórico nacional, y quedarán protegidas en formato digital. Así se preserva el legado audiovisual y se ofrece un servicio al tenedor de los derechos para la guarda de sus obras sin cargo, con tecnología actualizada de preservación y la posibilidad de recurrir a ese material para su remasterización a futuro.
La nueva plataforma de Video a Demanda garantiza el acceso igualitario a la cultura cinematográfica nacional en todo el país, al mismo tiempo que encara el desafío de la convergencia digital. Para eso pondrá a disposición del público contenidos audiovisuales a valores populares, que será accesible a través de Internet, desde múltiples dispositivos, como televisores, computadoras, tablets, consolas y teléfonos celulares inteligentes.
Así con este proyecto se busca dar una alternativa nacional que compita en este nuevo frente comunicacional. Es cierto que TDA fue una idea puesta como alternativa al servicio de cable pero es una idea que se perdió en los avatares de todas las ideas y donde una gran cantidad de canales y programas se emiten diariamente sin la repercusión necesaria ni el aprecio debido.
Buscar alternativas de acceso es la forma de seguir teniendo un espacio en un mundo que se diversifica más pero sostiene una única ley, quien paga accede quien no, no es nuestro problema.
Desde antes de la invención de la imprenta ese paradigma se sostiene y no lo ha roto ningún avance tecnológico.
*Periodista. Columnista del programa radial "Mañana es hoy", emitido por Radio Nacional.