“dime como terminas y te diré quién eres”  (aforismo implicado. A.G.)

“la tragedia democrática es que el fraude del final te va a salir”  (aforismo implicado. A.G.)

 

La etimología de la palabra “fraude” puede ser capturada en su dimensión política. Fraude incluye “engaño” y “frustración”. Por lo tanto amplificar la idea de fraude mas allá de la determinación ciudadana de las urnas es importante para poder pasar del nivel convencional encubridor de la coyuntura al nivel fundante del movimiento real de la lucha de clases.

 

Lo que actualmente se conoce como “kirchnerismo” fue producto de una mezcla entre lo que denomino “auto engendramiento” y “heterogestión”.  Aclaro para que no oscurezca. El auto engendramiento es la forma de construcción sin origen. Es obvio decir que no hubo “kirchnerismo” antes de que Néstor Kirchner fuera elegido Presidente por el arrugue de barrera de Menem. El Kirchner de Santa Cruz (lucrador de la 1050, intendente, gobernador) nada tuvo que ver con el “nuevo” Néstor. Como señaló Rodolfo Walsh, para la derecha la función empieza siempre de 0. Néstor se auto engendró “hijo de las madres y abuelas” con el dudoso honor de no haber participado de marchas, apoyos y mucho menos de haber firmado habeas corpus a favor de desaparecidos. Obviamente, otros tampoco lo hicieron. Pero al menos tampoco decretaron su filiación con aquellas a las que nunca le dieron ningún tipo de apoyo.

 

La “heterogestión” es la marca registrada del Estado Burgués. Siempre de arriba hacia abajo, cuanto más arriba y cuanto más abajo mejor.  Eduardo Duhalde, que decretó que estábamos condenados al éxito, como la caridad, empezó por casa. Por su casa y llegó al estrellato presidencial orquestando un golpe de estado económico financiero contra De la Rúa. Obviamente, el malestar de los de abajo y los del medio, que cantaban “piquetes, cacerola, la lucha es una sola”  fue el humus fértil para entronizar al jeque de Lomas de Zamora. La carambola de la política pequeña, pequeña, permitió que el Lole se apartara porque vio lo que no quería ver y llegara a la pole position Néstor. Lo demás es historia conocida, discutida y de final abierto.

 

Pero quiero marcar el origen que, en las noches de niebla de los poderes hegemónicos, queda sepultado en el fondo de un placard. Porque el fraude, o sea el engaño y la frustración, es nada menos y nada más que la distorsión, incluso la distorsión más grotesca, entre ese origen y los tiros del final. La transversalidad fue siempre por derechas: Scioli, del laboratorio menemista,  Cobos, la derecha radical, y Boudou, militante vip de Upau, la cara universitaria del ingeniero Alsogaray. Nada, pero nada que ver con una estrategia nacional y popular. Pero el Poder tiene razones que el corazón militante no entiende. Por eso hasta el propio General fue interpelado por la Juventud Peronista, mientras la Juventud Lealtad y la JotaPerra fueron los bedeles de la derecha fascista del Movimiento. Pero en la actualidad de la cultura represora, la ex Juventud Maravillosa en retiro efectivo y afectivo, es reemplazada por otra muestra de auto engendramiento que es la Cámpora. Construída no solamente de arriba, bien arriba, para abajo, bien abajo, sino con la impronta de la Familia Patriarcal. El hijo de la Máxima, que no puede ser otro que Máximo, es el CEO de la organización para partidaria.

 

El fraude continúa. La sumisión a Francisco luego de haber combatido a Bergoglio es de un oportunismo político y de una claudicación cultural lamentable. Si lo hubiera hecho otro y otra, los anatemas laicos y libertarios se hubieran escuchando de Santa Cruz a Anillaco. Pero ser kirchnerista es casi un fuero. Un privilegio. Una prerrogativa. Un don. Un pasaporte diplomático, político, económico, cultural. Maldicen a Magnetto, pero adoran a Spolski. Pero el gran final, el destino de la década + 2 ganada, es haberlo bajado a @randazoff y haberlo tuneado a Scioli.

 

Las Pasos son de los otros, para el kirchnerismo las paso son a puro dedo. Los comentarios donde descubren al “che scioli” superan mi sentido del humor. No me dan vergüenza ajena, porque con la propia tengo bastante. La necesidad tiene cara de hereje, pero no habla bien de la necesidad. Necesidad de ganar a cualquier precio, que igual lo van a pagar los de abajo, bien abajo. El candidato a gobernador de la provincia de buenos aires, un país dentro del país, del partido oficialista, es uno de los caracterizados duhaldistas, macartista a tiempo completo, y co-responsable político de la masacre del puente Pueyrredón. Mucho antes que el aborrecido Lanata lo inmortalizara como “la Morsa”.

 

El fraude continúa. Ser conservador no te impide ser popular. Es su mejor disfraz. Recordemos a Solano Lima, conservador popular. Un viejo vino en los odres nuevos. Maldecir a Macri y apoyar a Insfrán es apenas otra de las caras del fraude. Y no del final, sino del fraude de los principios. Scioli marca que el destino le muerde la cola, y otras partes, al origen. Empezaron en los 90, privatizaron YPF, y ahora privatizan la política y los pocos dirigentes populares, militantes, anticapitalistas y anti imperialistas que quedan, son mandados a cuarteles de invierno y de otoño. La paradoja de este fraude del final es que el triunfo de Scioli será el fracaso de la profecía kirchnerista. Seguirán insultado a Carrió y sosteniendo a Barone.

 

Engaño y frustración. Una mezcla peligrosa. Vendrán más penas y más olvidos, y el gordo Soriano seguirá enseñando. Pero la izquierda clasista y combativa, anti capitalista y anti imperialista, tenga el nombre que tenga, insistirá y resistirá. Y entonces el fraude, todos los fraudes, serán derrotados.

 

 

Buenos Aires, 30 de agosto de 2015

 

*Médico Psiquiátra. Psicoanalista y Cooperativista. Miembro fundador de Ático Cooperativa de Salud Mental

“Sueños Posibles”. Am 690 y www.laretaguardia.com.ar. Lunes 21 hs.