El marketing todo terreno y los mensajes despolitizados son cada día más una constante en la campaña política del Pro y de Mauricio Macri, con el asesoramiento determinante del ecuatoriano Jaime Durán Barba.

 

A medida que avanzan los tiempos electorales, y como corolario de la presencia cada día más privilegiada de Durán Barba en la política argentina, el pasado mes de mayo se filtró la información de la existencia de un documento interno de 67 páginas, llamado “Consideraciones iniciales y ejes discursivos de Juntos por Córdoba”, como parte de la campaña de la alianza opositora al gobierno nacional en la provincia que une al Pro, la U.C.R. y al partido de Luis Juez.

 

Al conocer su divulgación en los medios de comunicación masivos, la Alianza salió a declarar que se trataba de un documento preparado por técnicos comunicacionales de los distintos partidos que conforman “Juntos por Córdoba”. Como estudioso de la figura, historia y escritos de Jaime Durán Barba, noté prontamente la notable similitud de los conceptos que se desarrollan en el documento de campaña citado con el libro El arte de ganar. Cómo usar el ataque en campañas electorales exitosas, de Durán Barba y Santiago Nieto[1], así como con una serie de reportajes que el asesor ecuatoriano brindó a la prensa argentina durante los últimos años. Se trataba sin dudas de un paper “Durán Barba marca registrada”.

 

Este “manual para niños políticos”, como puede definirse al documento, contiene bien sintetizado el pensamiento de Durán Barba en materia ideológico-política, con rasgos de sus conocimientos en materia sociológica y psicológica, que intenta penetrar en la ciudadanía cordobesa. “Vender un político”, para Durán Barba, es exactamente los mismo que vender un producto cualquiera, desde un shampoo hasta un electrodoméstico.

 

Una concepción política e ideológica que demuestra un profundo desprecio por la cultura de la ciudadanía y también, en este caso, un desprecio por la representación política, cuyos argumentos para una campaña electoral tienen que ser dictados al pie de la letra por un asesor comunicacional en términos tan primitivos.

 

Las frases más salientes del documento, que interpretaron como rígidos actores candidatos como el experimentado radical Oscar Aguad, el ex Intendente de Córdoba Luis Juez y el candidato del Pro Héctor Baldassi en medios televisivos, radiales y escritos, entre otras, son las siguientes:

 

“Mantenerse ajenos a todas las discusiones sobre temas de la política (…) No importa hablar de propuestas, importa emocionar a la gente que está escuchando, mostrar a los candidatos humanos, cercanos (…) Sólo a un 23% de la población le interesa mucho o algo la política (…) No mostrarse como parte de la política tradicional (…) Tono conciliador, basta de peleas, la prioridad es la gente (…) No importa la pregunta del entrevistador, pensar en el oyente y repetir el mensaje que queremos que el oyente escuche (…) Si bien los periodistas siempre intentarán llevarnos hacia los problemas coyunturales de la política, candidaturas, alianzas, tenemos que tener en claro cuál es nuestro mensaje (…) Contar historias (con nombre, apellido y localidad) de gente común (…) (Mauricio Macri) Es el dirigente que mejor imagen tiene, tiene el estereotipo de gestión y de cambio que funciona y que da soluciones”.[2]

 

El documento que recitan como loros los dirigentes de “Juntos por Córdoba”, contiene además frases textuales sobre ejemplos de cómo mostrar cercanía con la gente, seguramente muchas de ellas inventadas luego por el interlocutor. La misma modalidad que utilizaba Mauricio Macri, y que repitió varias veces en medios televisivos y radiales en diferentes campañas y en distintos años (gracias a los programas televisivos de archivos conocemos estas reiteraciones), cuando aludía a Cacho y María, dos vecinos preocupados por la inseguridad. El documento señala reiterar frases como la siguiente:

 

“Ayer estuve con Juan de Barrio Altamira, me contó que salir a pasear no es lo mismo que antes, porque tiene problemas de seguridad. No puede dejar la puerta abierta de su casa. Que su pueblo ya no es lo que era, él se está por jubilar y sabe que no hay un 82% móvil y la jubilación se paga con retraso de 6 meses, sus hijos no consiguen trabajo, se está por casar y no tiene donde ir a vivir están carísimas las propiedades!!. Esos son los problemas que tenemos que resolver, los problemas que al abrir la puerta de tu casa empiezan en la vereda, la calle y la esquina. Que están en todos los hogares de los cordobeses. Los políticos están más preocupados en resolver un cargo o pelearse entre ellos que en ayudar a Juan y su familia (Hablar de los problemas dando ejemplos concretos, con nombres de vecinos, cercanía)”.[3]

 

Por último, el documento hasta recomienda pequeñas frases textuales –que el paper llama “herramientas discursivas”- para comenzar a salir del paso de las preguntas de los periodistas entrevistadores. Por ejemplo: “Ese es un tema de los políticos, lo importante es… (…) Lo que a mi me preocupa es…”.[4] Evidentemente Durán Barba trabaja al detalle.

 

Es importante señalar que el documento es muy coherente con la tesis que describe el prologuista del libro de Jaime Durán Barba, Juan Rial, cuando afirma que “Ahora se exige que el político sea, de alguna forma, un poliactor o una poliactriz”.[5]

 

De la manera que describimos Durán Barba impone su poder ya no sólo en la figura de Mauricio Macri y en el partido Pro, sino también en el discurso de partidos y candidatos de una alianza pluripartidaria –conformada entre otros por la UCR cordobesa, un partido centenario en una provincia tradicionalmente radical-, de la misma manera que los medios de comunicación hegemónicos pretenden imponer su discurso en la sociedad política y en la sociedad civil.

 

Pero así como definimos que este manual para el discurso de los candidatos cordobeses se asimila a un “manual para niños políticos”, lo que pretende Durán Barba, acompañado por Mauricio Macri y el Pro, no es “cosa de chicos”.

 

El gran escritor argentino David Viñas, lamentablemente fallecido, decía con gran sabiduría que en política, así como en otras materias, había que descubrir “el revés de la trama”. En este caso la trama es el discurso despolitizador y desideologizador, y la supuesta práctica con eje en la gestión de las cosas mínimas que lleguen al sentir del ciudadano, alejándose de la política tradicional. Pero su revés, que muestra mucho más la realidad, es que tanto Mauricio Macri como Jaime Durán Barba hacen profusamente política en el nombre de la no política, y profusa ideología en nombre de la no ideología. O sea, desean que la ciudadanía se aleje de la política para ellos poder gobernar la ciudad o el país sin control ciudadano. Macri para gobernar con los parámetros legados por la dictadura militar genocida y por el neoliberalismo de los ’90, y Durán Barba para hacer sus negocios con suculentas ganancias asesorando a empresarios devenidos en políticos.

 

Por último, no debemos olvidar y estar atentos a que son corresponsables en diseñar campañas sucias, si tenemos en cuenta los antecedentes de las escuchas ilegales por las que el Jefe de Gobierno continúa procesado y la campaña propagandística difamatoria contra el candidato Daniel Filmus en el año 2011, que partiera de las usinas manejadas por el asesor ecuatoriano con el aval del Jefe de Gobierno.

 

 

 

 

[1] Jaime Durán Barba y Santiago Nieto. El arte de ganar. Cómo usar el ataque en campañas electorales exitosas. Buenos Aires, Editorial Sudamericana, 2010, 422 p.

 

[2] Documento “Consideraciones iniciales y ejes discursivos de Juntos por Córdoba”. Alianza Juntos por Córdoba, Provincia de Córdoba, 2015.

 

[3] Op. Cit.

 

[4] Op. Cit.

 

[5] Jaime Durán Barba y Santiago Nieto. El arte de ganar. Cómo usar el ataque en campañas electorales exitosas. Buenos Aires, Editorial Sudamericana, 2010, p. 23.

 

 

*Historiador – Escritor – Periodista

mldellarocca@gmail.com