El azar no juega al SAP
La teoría ideológica de la co-construcción de memorias es una derivada de la formulación madre, el denominado síndrome de alienación parental (SAP). Este supuesto síndrome fue expuesto por primera vez por el psiquiatra norteamericano Richard Gardner, en un artículo titulado "Tendencias Recientes en el Divorcio y la Litigación por la Custodia”. El contexto de producción de la “teoría” de Gardner al igual que los antecedentes profesionales del autor, amerita ser explicitado puesto que guardan estrecha y evidente vinculación con la misma.
Por Osvaldo Fernández Santos*
(para La Tecl@ Eñe)
El azar ingresa al psiquismo como casualidad, pero luego actúa como determinación. El día en el cual me propusieron escribir este artículo, había participado en una experiencia inédita en el marco de una causa por un incesto paterno-filial. En los 18 años que llevo como perito psicólogo oficial, nunca había atravesado la original, interesante y preocupante práctica de un debate con dos colegas en el escenario de un juicio oral. La vivencia tuvo el plus de la sorpresa (después hubieron otras) porque fui convocado sin aviso previo en el momento en que se desarrollaba la audiencia. Es necesario señalar que, usualmente, las declaraciones de los peritos en los juicios son individuales y uno no sabe lo que expresa el otro.
La experiencia consistió en la exhibición de la filmación de la declaración testimonial de la niña en Cámara Gesell para el posterior intercambio profesional, ante magistrados, fiscales, y abogados. Los otros dos peritos fueron la perito oficial que evaluó a la niña y la perito de parte propuesta por la defensa.
Mencioné que la experiencia fue interesante porque dio la oportunidad de fundamentar y debatir las definiciones diagnósticas, preocupante por la desviación ideológica y acientífica en las argumentaciones vertidas para impugnar o poner en cuestión el relato de la niña recién exhibido. A modo ilustrativo la perito oficial dijo que la co-construcción de memorias existía y puso como ejemplo académico que si a un nene la madre le repite: “el perro es malo, el perro es malo...; el nene va a decir que el perro es malo”. Por su lado, la perito de parte aseveró que una nena que le va bien en la escuela no puede haber sido abusada. No es el espacio para reproducir lo acontecido en la audiencia, hubiese sido muy didáctica la filmación de la discusión, pero no fue así. Lo que sí resulta pertinente, es analizar y desenmascarar los artilugios utilizados al servicio de la desmentida de los abusos sexuales contra niñas y niños, que son siempre los mismos, prescindiendo de la singularidad de cada caso. Acá es donde se inscribieron las otras sorpresas, las mentadas peritos se explayaron sin hacer la menor alusión a lo manifestado por la niña, si bien uno conoce las estrategias defensivas del aplicado de la “plancha teórica”, imaginaba mayor sutileza a la hora implementarlas.
La teoría ideológica de la co-construcción de memorias es una derivada de la formulación madre, el denominado síndrome de alienación parental (SAP). Este supuesto síndrome fue expuesto por primera vez por el psiquiatra norteamericano Richard Gardner, en un artículo titulado "Tendencias Recientes en el Divorcio y la Litigación por la Custodia". El contexto de producción de la “teoría” de Gardner, la cual luego fue retro-alimentada en forma prolífica por entusiastas seguidores, amerita ser explicitado, al igual que los antecedentes profesionales del autor, puesto que guardan estrecha y evidente vinculación con la misma. Al momento de la enunciación del “síndrome”, Gardner oficiaba como perito de parte en la defensa de acusados de haber perpetrado abusos sexuales contra niña/os. Su desempeño científico previo fue la especialización en “técnicas de desprogramación”, puesto que, como capitán y médico del ejército de los EEUU, asistió a soldados que habían sido prisioneros durante la guerra de Corea del Norte.
El esquema propuesto por Gardner y sus discípulos se basa en dos postulados:
1) Que existe una cantidad abrumadora de “madres alienadoras”, o que se convierten en tales, en los divorcios contradictorios y/o en los juicios de tenencia, las cuales realizan “lavados de cerebros” en sus hijo/as contra los padres; y 2) La producción masiva de niño/as “programados” que, llegados a ese estado, denigran al padre “amputado” de la familia, agregando elementos propios. Acorde con sus condiciones de partida, la teoría es aplicada dominantemente en los casos de abuso sexual infantil, para sostener que en realidad estos existen en una muy baja proporción, puesto que, lo que en realidad abundan son las falsas denuncias. Es en este punto, que entra en juego la “co-construcción de memorias”. Las bases de partida de la “co-construcción” son tan endebles como las del SAP, a saber:
-
Las madres alienadoras, implantan en los hijo/as memorias de hechos que no sucedieron (abusos sexuales).
-
Los niño/as se convencen de la existencia de los hechos no vividos.
-
Las falsas memorias pueden ser reforzadas en los tratamientos asistenciales de niño/as por parte de psicólogos no preparados para la materia.
-
Finalmente, los diagnósticos de abuso sexual son realizados por peritos psicólogos inexpertos que no se han formado con las bondades del SAP y/o han padecido en su historia personal experiencias que los llevan a confirmar abusos inexistentes.
Gardner y sus seguidores, con certeza pero sin fundamentarlo, desplazan al incesto como problemática princeps de la Cultura, por la epidemia de madres alienadoras. Definen con puerilidad al niño/a alienado/a, sin otro sustento que su enunciación y sin considerar los efectos que en la constitución del psiquismo infantil y en la producción de la subjetividad de niño/as, tendría la dominancia de un maternaje alienante (psicosis, problemáticas narcisísticas graves, empobrecimiento psíquico generalizado por los contrainvestimientos masivos).
A pesar de la banalidad de los axiomas del SAP, a partir de ellos se desarrolla una extensa e inteligente construcción que incluye hasta una “terapéutica clínico-jurídica”. Esta “teoría” consiste en una desmentida ideológica de la realidad, destinada, por un lado a negar la gravedad de la problemática social de los incestos y los abusos sexuales contra niñas y niños; y por el otro a cuestionar y/o imposibilitar el diagnóstico de los mismos.
La “teoría” del SAP, alude a situaciones existentes y recurrentes en algunos momentos o durante todo el proceso de un divorcio, haciendo una amalgama entre los ejercicios de violencia psicológica, predominantemente secundaria [i] y simbólica, que se dan sobre algunos niño/as y los abusos sexuales que otros padecen, unificando todo en el mecanismo “alienador de las madres y el lavado de cerebro que provocan en los hijos, con la consiguiente exclusión de los padres”. Se describe cómo “lógicamente” deberían actuar los niño/as si no fuesen “programados” y como lo hacen al serlo, sin considerar los mecanismos de defensa propios de los seres humanos y las posibilidades metabólicas de los infantes frente a la vivencia de situaciones traumáticas. Más bien, los tiene en cuenta solo para “demostrar” que, todo niño que no responde cual si fuese producto de una racionalidad de ajedrez, “fue alienado”. Extremando la audacia de esta lógica perversa, se ha llegado a proponer que la sintomatología de los niño/as víctimas de abuso sexual (la masturbación compulsiva, la enuresis, la encopresis, la hiperkinesis, las conductas genitalizadas...) son consecuencia de la “co-construcción” de memoria que realizan madres y terapeutas, sin la mínima preocupación por la falta de idoneidad determinadora y fuerza traumatizante de la supuesta causa.
Estas “teorías” al facilitar argumentos para la negación frente a lo siniestro, brindan respuestas sencillas a problemáticas complejas, sintónicas con el patriarcado como ideología dominante, y tranquilizadoras frente a la posible crueldad de los seres humanos. De esta manera, el SAP y la co-construcción de memorias adquieren una capacidad de convicción estremecedora.
Si bien la invención de Gardner no ha tenido reconocimiento científico alguno, [1] se la ha incorporado en vastos sectores de la justicia como si se tratase de un texto sagrado; muchos jueces, fiscales, abogados, y peritos se han convertido en “expertos en SAP” y lo utilizan como literatura en sus trabajos de post-grado, y lo que es más grave en los alegatos, informes y sentencias.
El azar anda caprichoso, coincidiendo con el cierre de este trabajo se dictó el veredicto. Los jueces sí escucharon a la niña. Poker real.
Buenos Aires, 14 de diciembre de 2015
*Psicólogo. Psicoanálista.
[1] Como muestra, no determinante pero sí llamativa, ni siquiera ha sido aceptada su inclusión en el DSM V, a pesar de la intensa “militancia” para su reconocimiento y la generosa amplitud diagnóstica del manual de psiquiatría.
[i] Imposición de pensamientos y análisis de los adultos, sin referencia a una terceridad, en donde deberían primar o facilitarse los de los niños. Al respecto puede consultarse “La Violencia de la Interpretación” de Piera Aulagnier, Amorrortu editores, Buenos Aires, 1991.